jueves, marzo 13, 2008

VACACIONES: DIA 5

20 de Febrero
Humahuaca – Jujuy


Alrededor del mediodía partimos desde Tilcara en micro, para llegar a Humahuaca, después de repetir el almuerzo de los sandwiches de lomito. Sólo fuimos mi hermana y yo aquel día a Humahuaca, ya que los chicos habían decidido volver a pasar un día más en Purmamarca.
Esta ciudad cuyo nombre deriva de los indígenas que habitaron toda la zona de la Quebrada, está situada a 2.940 metros sobre el nivel del mar. Su población local resistió la conquista española hasta el siglo XVI. Hoy todavía es una ciudad de aspecto colonial, con enormes faroles que iluminan las empedradas calles. Su estructura no llega a ser del todo prolija como otras ciudades, las manzanas son irregulares, pero eso le da un toque rústico que la hace única. Quien dice que no es hermosa es porque no la conoce bien, o se ha dejado avasallar por su amplitud en lugar de disfrutar su tranquilidad y humildad.
Una vez llegadas, caminamos un poco hasta que encontramos un local de artesanías que promocionaba hospedaje con un cartel en la puerta. Preguntamos y un pequeño niño nos condujo a la casa, muy bonita y económica, con varias camas, a 2 cuadras de la terminal y a 2 del monumento. Nos instalamos, charlamos un poco con quienes ya estaban ahí parando. Al rato nos encontramos con unos chicos que habíamos cruzado en Purmamarca, y junto con algunos recién conocidos en la casa, partimos a una excursión llamada Peña Blanca.
Podría decirse que la excursión así llamada, fue un paseo frustrado, al menos para mi hermana, uno de los chicos y yo… No nos perdimos, pero terminamos caminando por otro lado, rodeando la gran Peña Blanca a la que había que subir (en caminata de aproximados 3km) y ver alguna que otra construcción omaguaca… De todos modos, terminamos yendo por detrás de la Peña y subimos hasta un lugar desde donde también podía verse Humahuaca completa de un lado, montañas quebradas del otro… Hermosísimo! Al regreso a la ciudad nos fuimos encontrando con todos otra vez, nos abrigamos un poco e hicimos plaza, con mate, grisines y perros, entre ellos uno que daba un espectáculo jugando con la comida antes de comerla! Después de un rato de sociales en la casa, fuimos a cenar, con uno de los chicos de Purmamarca y su amigo suizo, a un restaurant cerquita en el que a los chicos que volanteaban en la calle, les daban una empanada si los clientes presentaban el volante al hacer el pedido. Minutos después de estar comiendo, empezó a llover y nos fuimos… Para mí fue una especie de alivio, ya que me había empezado a doler la cabeza, tal vez de todo el sol y el calor del día… A dormir!

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