miércoles, octubre 11, 2006

Bajo la tierra...

¿Cuántos de nosotros hacemos uso del subterráneo, subte para los amigos, en aquellos casos en que la estación nos deja exactamente a una cuadra del lugar, o cuando hemos salido con menos tiempo que el habitual...? Lo cierto es que este medio de transporte -cuando funciona correctamente- se destaca por ser uno de los más veloces a la vez que económicos. Siempre y cuando la extensión de su red nos permita llegar a destino cómodamente, sin tener que caminar demasiado o tomar algún otro transporte.
La combinación de líneas subterráneas merece cierto comentario aparte, ya que por lo general, cuando uno necesita llegar a otro punto con una línea diferente, termina caminando más que si se hubiera tomado un colectivo, por los interminables reductos plagados de escaleras y pasillos... que, por suerte, nos conducirán correctamente hacia la línea adecuada. Ahora bien, cómo encontrar la salida exacta a la calle y altura que buscamos... ¡eso es otra cosa! Si tienen una brújula a mano, en la cartera de la dama o en el bolsillo del caballero, quizás puedan orientarse mejor que yo.
Ya comenté anteriormente los trastornos típicos del colectivo, algunos de los cuales serán compartidos por el subte... Pero lo que es especialmente particular es la disposición de los asientos. Bien puedo confundirme y que se trate solamente de una cuestión de altura, pero resulta que los asientos enfrentados al resto del espacio del vagón, en el caso en que viaje sentada, dejan mi cara precisamente a la altura de las entrepiernas... bonito viaje si es hora pico!! ¿Cómo me levanto de mi asiento? ¿Y de dónde me agarro para ponerme en pie? Todas preguntas sin respuesta...
Bien, las horas pico... sí, otra cuestión importante. Breve descripción: gente sentada, gente de pie tomada de pasamanos, gente de pie tomada de otra gente, gente aplastada que no se toma de ningún lado, gente que aparentemente levita... y por supuesto... los desesperados por salir y los desesperados por entrar: un violento segundo en un duelo de miradas a través de las puertas que se abrirán de un momento a otro y nos enfrentarán cara a cara, cuerpo a cuerpo... en la lucha. Cruel... y mucha...

Tomemos estos dos medios comentados como casos, tal vez ya haya dicho suficiente sobre ellos, en lo que a mi experiencia respecta... Pero de todos modos, están invitados a opinar y agregar sus propias vivencias al humilde relato que he hecho hasta aquí.

Se agradece su atención!