lunes, diciembre 18, 2006

Domingo: La murga ha llegado a mi vida

Mis ojos no querían abrir y tuve que obligarlos. Desperté con un monstruo que se colgaba de mis amígdalas, con el sueño de la lluvia helada todavía en mis retinas, en las manos, en los pies... Arrepintiéndome de no haber descansado el fin de semana que más debería haberlo hecho, me levanté igual y enfrenté los hechos.
Volvía a hacer calor pero seguía nublado. La tarde se me pasó de compras navideñas con mi hermana y un choripán en una confitería. Es cosa de no creer la cantidad de gente que sale de todos lados para agasajar a sus seres queridos en esta época... No estamos solos.
Dejamos en suspenso los regalos y las emociones típicas del 24 para otro momento... y volví a mi domingo. Tenía que ser mejor que la noche anterior, aunque no me quedaban muchas fuerzas para el arranque necesario... Como siempre, un té y alguna otra hierba agregada ayudaron bastante a no complicármelo demasiado.
Y allí me fui, en búsqueda del final de un capítulo de la historia musical que empecé hace poco. En el subte hacia el centro, con una letra de candombe uruguayo y un tarrito de purpurina dorada en la mochila. Es muy lindo sentir el arte cuando apenas está escapando por la yema de los dedos y se va derecho al escenario, antes de que nuestros pies lo toquen.
Esta vez no sentí nervios (tal vez sea ésta la única vez...) sino unas ganas enormes de divertirme, de pintarme de colores y bailar.
Las Colombinas nos pusimos nuestros trajes, improvisamos nuestras mascaritas (y parte de la letra... ) y dibujamos sonrisas para subir al escenario... Sin saber si ésa iba a ser la última vez o no... Sin sentirnos parte de todo, sino tan sólo una parte de algo muy nuestro...
Ahí estuvimos, con la purpurina dorada en la cara, murgueando un poco (humildemente) para sentirnos felices ante las pequeñas o grandes dificultades que se nos atraviesan... Como debe ser la murga, que para eso está...

Sábado: Buena leche, mala leche...

Vuelvo a levantarme tarde. Cuando ya el día anda pasando la primera mitad y la luz del sol entra por cada rendija de la persiana, buscando mis párpados. Me despierto varias veces, al enredarse mis pies en la sábana, y vuelvo a dormirme rastreando los sueños que voy perdiendo almohada abajo... Nada me apura. Descanso.
Pero siempre hay interrupciones. Aunque sean de las más lindas! El llamado milagroso de la amiga que hace tanto no veo, por ejemplo. La oferta generosa de una entrada que alguien rechazó, o descuidó, para ir a ver al bucanero contemporáneo más poeta de todos... y de viaje al porteñísimo barrio de la Boca. Claro que me levanto! Y por supuesto que voy! Vestida de azul y oro si hace falta...
Pero no todo es color de rosa. Soy fanática de la buena onda que uno le pone a las cosas (lo he aprendido con el tiempo, para los que me conocen y se andan preguntando qué clase de estupideces digo en un blog)... Pero es cierto que hay veces que no importa la cantidad de buena onda que uno le ponga, lo único que importa es que los planetas están todos juntitos, uno al lado del otro, esperando el momento preciso para burlarse de nosotros.
Hay días en que basta que uno decida hacer las cosas bien, para que salga algo mal... Por empezar, no llegamos con todo el tiempo que hubiéramos querido. De hecho, llegamos apenas unos minutos antes de que comenzara el show... El sonido dejaba bastante que desear, y a eso habría que sumarle los efectos del viento pre-tormenta que daba vueltas coronando a la Bombonera. Unas gotas de agua helada, al momento podría decirse refrescante, se sumaron a la lista de pequeños obstáculos al placer, pero luego de un rato todo volvió a su estado original.
La amenaza de tormenta era constante, pero el público fiel seguía coreando los temas, a la vez que suplicando que el mundo se olvidara de ese rinconcito de la tierra por un rato... Sin embargo, a la tercera gota que literalmente golpeaba la piel, nos fuimos fastidiando. Cuando ya quedarse en las gradas o en el campo no tenía sentido y el show estaba más que abruptamente terminado, el ganado humano fue saliendo de la cancha, un poco atropelladamente, navegando los charcos que ya inundaban el barrio... Hasta llegar a un colectivo que quisiera subirnos y que más o menos nos acercara al hogar.
No imaginaba que, con lo que a mí me gusta la lluvia, una tormenta en un recital me iba a molestar tanto. Pero fue así. Lo decía mi ropa chorreando de punta a punta, lo decía el agua que me ahogaba si abría la boca, lo decía la gente y sus palabras... Hasta subir al colectivo, aún me reía de lo insólito de la situación. Cuando el frío de la noche comenzó a meterse por todos lados y me fue secando la piel contra la ropa aún chorreando, sentí que estaba teniendo un mal sueño... No había solución en el momento... Había que esperar...
Y esperé... Algo así como dos horas después de pasear en colectivos, esperar bajo un techito minúsculo y sin reparo del viento, una cena caliente a la madrugada y una ducha para recuperar el calor corporal, sirvieron para acunar mis sueños de un día que amaneciera con una sonrisa...

Viernes: Free as a bird

Sí. Todo concluye al fin, todo termina... Más de la mitad de Diciembre y ya lo peor ha pasado. Al finnnnnnn!!!!!!!!! Soy libre...
Nadie podría describir, ni yo misma, lo que se siente en el preciso momento en que los últimos nubarrones se corren... Salí por la puerta del edificio en el que rendí el examen de dos días y reviví, como con una bocanada de oxígeno, un aire frío y limpio me recorrió la mente y la piel. Ahhh! Qué bendito alivio!
Después de que todos los síntomas nerviosos me atacaran al mismo tiempo, por fin puedo relajarme y disfrutar mi tiempo libre... Incluso disfrutar del inglés sin preocuparme porque algún alma allá lejos se sienta capacitada para certificar mi nivel.
Todavía me queda recuperarme de esta sensación de enfermedad que siento. Todavía hay algún dolor de cabeza y un revoltijo de tripas dando vueltas por ahí... Es increíble como uno puede llegar a perder el control de su propio cuerpo, cuando la mente se vuelve imposible de convencer. Por mucho que me repetí que no me importaba nada, que ya me daba lo mismo que me fuera mal o que me fuera bien, que no tenía por qué demostrarle a nadie lo que yo sabía... nada! Nada sirvió para aplacarlos... tenían su propia personalidad y tomaron el gobierno de mi cabeza, hace tanto descuidado.
Sólo quería que terminara y lo logré! Tras dos días que parecieron cuatro, o seis, u ocho! Parece mentira... que haya tenido que sufrir tanto por dos días solamente. Tanto como nunca sufrí, ni siquiera durante los cuatro años de carrera universitaria. Fue mucho, fue duro, fue cruel... y difícil.
Ahora sólo queda esperar... Hasta febrero... Hasta la más cruel decisión de quien le pone números al conocimiento...
Será cierto?

martes, diciembre 12, 2006

lunes, diciembre 11, 2006

Tensiones de estudio y examen (parte 3)

Es todo posiblee?!?!?! eeeeh?!?!?!
Bien. Aquí estamos... Diciembre... qué lindo! Los primeros síntomas de la Navidad ya adornan las vidrieras y los balcones, las mariposas vuelan, las altas temperaturas acarician los ambientes laborales, cálidamente... sobre todo aquellos en los que no funciona el aire acondicionado (de más está decir que me refiero a mi trabajo, verdad?).
Y no sé si es todo posible, ya a estas alturas, a 3 días (o menos!) de saber la verdad absoluta sobre el examen, sobre mis nervios y sobre mi poder de autocontrol. Después de un fin de semana largo, de calor atroz y ejercicios a montones, debo decir la verdad: NO ME BANCO MAS.
Sé muy bien que todo esto se debe a que la situación nerviosa se torna insostenible. La mente dice "basta" pero sabe que no tiene excusas para detenerse, entonces sufre el cuerpo su venganza... El cansancio aplasta y el cuerpo lo expresa. Y es aquí cuando uno intenta vencer con todas sus fuerzas y comienza a aumentar en la sana dieta cotidiana, artículos como el café, la nicotina, o los suplementos vitamínicos, arriesgando unas cuantas noches por unas cuantas horas de examen. Hasta que al final uno se entrega...
La cuenta regresiva! Y yo ya estoy pensando que todas estas horas previas (ya no son días, son horas) no importan... Cuando termine voy a ser libre de disponer de mi tiempo! Justito cuando empiezan las reuniones, y las cenas, y las fiestas... y las vacaciones!!!!
Ya! Quiero que sea ya! Quiero haber terminado, para bien o para mal...

martes, diciembre 05, 2006

Tensiones de estudio y examen (parte 2)

Después de un fin de semana, hoy faltan 9 días... bastante menos que antes! (a no desesperar... todo es posible, todo es posible!) No puedo decir que haya estudiado mucho, pero tampoco voy a ir hacia el otro extremo. El viernes fui a buscar unas fotocopias (seguimos aumentando el pilón) llenas de nuevos y desafiantes ejercicios, y, casualmente, encontré sus márgenes, bajo la sabia caligrafía de mi profesora, la tarea a realizar... Un ensayo y varios ejercicios gramaticales. Justo lo que más deseaba para un fin de semana soñado!
En fin, supongo que no debo utilizar el cinismo ni la ironía en contra de mi persona, mucho menos si se trata de algo que yo misma, tras un tiempo de reflexión, decidí pagar y finalizar. Pero claramente puede llegar a ser un tipo de reacción derivada de la quema de neuronas indiscriminada, no digo que no.
De todos modos, lo tomé con bastante calma... Tuve tiempo de dormir, de comer mientras leía alguna novela, de ir a ver una banda de rock, visitar a mis abuelos, e incluso, ayer hasta me hice un hueco para escribir poesía... Es increíble ver los extremos creativos a los que se puede llegar cuando uno se pone más y más presiones encima...
El proceso de la toma de decisión, lentamente uno extrae una idea de la galaxia mental... Lo piensa, lo decide, lo transforma en hechos... y ahí vamos! A la escalera caracol de nuestros pequeños objetivos, pasito a pasito, cargando la mochila de lo aprendido... escalón arriba. Vamos que queda poco! Pero la sed apremia... el cansancio pesa... las rodillas duelen de tanto forzarlas! Allí es cuando comienzan a atacar las alucinaciones y divagues emocionales e intelectuales... Cuando uno se pregunta "quién cuernos me mandó a volver a estudiar?", y sabe que esa pregunta tiene la respuesta en uno mismo.
Ven? Acá estoy, ahondando en la filosofía personal del estudio, cuando lo que en realidad debería estar haciendo es, justamente, estudiar!! 9 días... ya ni siquiera dos cifras tiene el número! Pero es más que una semana... verdad?!?!