martes, marzo 13, 2007

Contando para dormir

Hace dos noches que no puedo dormir fácilmente... Después de tanta paz encontrada en el viaje, tanto conservado adentro, se ve que el trabajo y la rutina han logrado nuevamente prostituir mi alma. Nada grave, de vez en cuando me sucede que mi cabeza intenta ir más rápido que de costumbre y entonces no hay quién la detenga. Imposible callarla. Pero hay que dormir!
Sabe Dios solamente cuántos métodos he intentado. Ya suprimí la televisión nocturna, el cigarrillo al borde de la cama, la ducha despabiladora, la cena abundante o bien tarde y el último vaso de coca cola post-cena. De nada sirve.
Cuando nada funciona, es probable que, como seres humanos que somos, hayamos olvidado lo básico, lo más simple y correcto. Por eso, algunas veces, hay que hacer un pequeño esfuerzo y volver a las raíces. En este caso en particular, esta vuelta significaba remontarme a mi infancia, a mi madre aconsejándome en la cama cuando la euforia me superaba. Y ahí fue que recordé... había que contar ovejas!
Las ovejas funcionan para la mayoría de la gente, en líneas generales, por lo cual debería ser algo fácil. Pero no! Particularmente, me cuesta mucho lidiar con mis ovejas, si bien no sé si se debe a una cuestión de personalidad de ellas, o de mi crianza. No importa... La cuestión es que, o por rebeldes o por medio taradas, saltan la cerca y en lugar de seguir al trotecito y desaparecer de mi visual, se van quedando... y se van amontonando! Primero en un rincón, luego van ocupando más espacio, hasta llegar a la cerca e impedir que otras de sus compañeras salten y yo duerma...
Obviamente, cuando el insomnio es leve, nada de esto me importa y antes de llegar a la cerca el montón de ovejas, me duermo. Cuando pueden pasar horas sin que haya logrado siquiera nublar la imagen, es que aparece el problema de este "embotellamiento" y, tras empezar de nuevo varias veces, me desespero, con lo cual el sueño llega cuando quiere. A la cuarta noche consecutiva que esto me pasa, ya estoy al borde de la locura y debo encontrar una solución de manera urgente.
Hace dos noches encontré una innovación que por ahora me resulta. He desvinculado a las ovejas y, conservando la misma línea de acción, las reemplacé... por conejos. Sin mucho razonar, busqué algún otro animalito que más o menos pudiera cumplir el mismo rol pero con mayor eficiencia y rapidez, y los conejos fueron los elegidos. Funciona de maravillas: vienen rápidamente con pequeños saltos, se impulsan para pasar sobre un tronco (la cerca les quedaba muy alta), llegan al suelo y siguen con los mismos pequeños saltos veloces hasta desaparecer por la derecha...
Lo he comentado con mi familia sin lograr demasiado apoyo, sólo algunas risas burlonas, pero de todos modos llegué a la conclusión de que cada uno tiene su propia manera de contar para dormir: unos cambiamos de animales, otros cambiamos de fondo, otros de perspectiva... todo se personaliza pero en esencia es lo mismo. Me relajo, cuento, respiro... duermo!