lunes, agosto 06, 2012

MAIMARA 2011 - Viernes 12/8

Caminata hacia Posta de Hornillos


Desayunamos un poco más tarde, pedimos que nos calentaran agua para el mate y salimos. Fuimos caminando por toda la avenida Belgrano, hasta la salida a la ruta 9, recorriendo una parte de Maimará que no conocíamos. Desde ahí, seguimos por las vías muertas del tren y caminos alternativos que se nos presentaban, hasta llegar a la Posta de Hornillos… Algunas partes del camino no estaban fáciles y había que rodear los tramos sin vías o sin terreno bajo las vías. Incluso en un momento nos metimos en un campo, pero rápidamente nos dimos cuenta de que nos estábamos acercando a la montaña y alejando de la ruta, y volvimos a salir al camino que no habíamos visto. 
 
Habiendo recorrido casi 4km, llegamos al oratorio de la Posta de Hornillos, una construcción muy antigua y sencilla, toda de adobe. Visitamos el museo en la Posta reconstruida y sacamos toneladas de fotos. El museo está muy pero muy bueno, es súper completo, lleno de salas y objetos de todo tipo, una momia, armas, mucha información histórica y todo muy bien cuidado, hasta tenía los pisos originales. La sensación de retroceder en el tiempo es impresionante... Han logrado recrear las habitaciones y la vida diaria de una posta de manera excelente. 

Construida por Gregorio Álvarez Prado en el año 1772,  fue lugar de relevo obligado de la caballada, por disposición del visitador Alonso Carrió de la Vandera, en la ruta que unía el Alto Perú con el Virreinato del Río de la Plata.
Durante las guerras de la independencia, se transformó en fortín y cuartel del Comandante Manuel Alvarez Prado. En 1813, sirvió de descanso al General Belgrano que regresaba de la campaña al Alto Perú y, hasta 1817, se registraron diversos combates.

Fue habilitada como Museo Histórico el 3 de diciembre de 1979 gracias a las obras de restauración realizadas por la Fundación Bunge y Born. Contiene interesantes testimonios del pasado colonial, como el molino de piedra. Consta de 12 salas que exhiben elementos y piezas de una posta que fue también casa de familia y cuartel del Ejército del Norte. 
Fuente: http://www.arqueotur.org/yacimientos/museo-posta-de-hornillos.html  

A la salida tomamos un par de mates, a la sombra de un árbol, nos sacamos unas fotos más, rodeando el manantial de agua cristalina que se encuentra frente al oratorio, y partimos de regreso a Maimará. 

El camino de regreso se hizo eterno! Hacía muchísimo calor, el sol partía cabezas y el hambre nos estaba matando… Así que apenas entramos a Maimará, almorzamos en el primer lugar que vimos abierto: El Molle. Comimos unas espectaculares milanesas con huevo frito y puré, sopa y budín de pan de postre!

Con la panza llena, volvimos al hospedaje, pero tuvimos que esperar un ratito afuera en el patio, porque Neli había salido y nuestras llaves estaban en su oficina cerrada! Nos tiramos un ratito a descansar y después volvimos a salir, con unos mates hacia el río. El día estaba hermoso y disfrutamos un buen rato. Apenas bajó el sol, fuimos a la plaza. La Iglesia estaba abierta y al parecer, iban a hacer misa de niños… un puñado de chiquitos se divertían tocando la campana una y otra vez, muertos de risa. Regresamos a nuestra habitación y nos dimos una refrescante ducha, miramos algo de TV y salimos a cenar. Esta vez, comimos en una sandwichería de la calle principal, dos sándwiches de lomito completos y un sándwich de patynesa también completo, con una coca (todo $46). Volvimos a lo de Neli después de una vuelta, nos pedimos una cerveza y jugamos un rato a las cartas, antes de ir a dormir…

MAIMARA 2011 - Jueves 11/8

Purmamarca y las salinas con sol


Desayunamos temprano, esta vez, con unos ricos bollos al horno de barro… Pronto salimos a la ruta, a esperar algún micro que nos pudiera alcanzar hasta Purmamarca. En eso vemos que da la vuelta un remisero de Maimará que trabajaba en Purmamarca, y nos ofreció llevarnos por $5 cada uno. Apenas pisamos la bella pero modernizada Purma, comenzamos a buscar excursión a las Salinas Grandes. Efectos personales que tuve que comprar por ser poco previsora: anteojos negros ($40) y un gorro ($25)… Por suerte, mientras lamentaba mis gastos extra, también conseguimos el bendito póster gigante de Jujuy que tanto queríamos.

Enseguida encontramos una camionetita que nos llevaría a las Salinas, pero esperamos un ratito a que se acercaran dos personas más que completaran el pasaje ($60 cada uno). El chofer me convidó unas hojas de coca, que pronto empecé a mascar (no sólo para evitar efectos indeseables de la altura que pudiera sufrir – aunque nunca los sufrí – sino también por puro gusto…). Con los dos compañeros de viaje nuevos y con muy poca onda de su parte, salimos a la ruta. 

Tal como se suele hacer en todas las excursiones, nos detuvimos en el camino, para ver toda la Cuesta de Lipán ondular hacia abajo, en la distancia. Sacamos las fotos de rigor allí (pésimamente encuadrados por el compañero que nos puso bien en el medio del camino de fondo, cosa que no se viera la cuesta!), y también más adelante en la segunda parada, a los 4170 m.s.n.m., el punto más alto del camino. Finalmente llegamos a las salinas con hermoso sol, caminamos bastante y disfrutamos del paisaje blanco. También intentamos algunas fotos locas aunque trilladas, y alrededor de las 12.30 ya estábamos volviendo a Purma.

Almorzamos en Purmamarca, en el bar que está a la entrada en una esquina, una pizza con jamón. Lamentablemente, un puñado de gente que no sabe convivir nos arruinó un poco el almuerzo… algunos cordobeses que se gritaban de mesa en mesa (aunque estaban a menos de medio metro unos de otros) y un niñito en la mesa de al lado, que no paraba de soplar su silbato de cerámica casi directamente en nuestras orejas. Con el cerebro taladrado, terminamos de comer y nos fuimos. Teníamos unas ganas inmensas de dormir la siesta, así que sacamos dos fotos y nos subimos al Evelia que salía justito hacia Maimará. Menos mal que pudimos subir a ese, porque por los cortes en San Salvador de Jujuy, no habían salido más micros. Llegamos al hospedaje y dormimos…

Bien descansados, salimos a pasear y fuimos hasta la plaza. Compramos unos helados en el kiosco/heladería frente a la plaza. Después de comerlos, entramos a la iglesia que estaba abierta y todavía no conocíamos. Es muy bonita, pequeña casi como una capilla y muy sencilla. Caminamos un poquito y regresamos al hospedaje a ducharnos. Pronto se hizo la hora de cenar y nos quedamos en el restaurant de Neli. Comimos super rico!!! Unas humitas y tamales, de postre unos flancitos de quinoa! Todo delicioso. Nos quedamos hablando con ella hasta casi la medianoche, sobre las posibilidades de trabajo en Maimará y las diferentes actividades a las que se dedica su gente…