Casi puntualmente a las 9.30 salimos en un barco (mucho más pequeño que el anterior), y luego de unos 45 minutos llegamos a Pouso, una playa desde la que había que caminar hasta llegar a Lopes Mendes (las olas son muy grandes aquí, por lo cual los barcos no pueden detenerse demasiado cerca). La trilha Pouso – Lopes Mendes es corta y relativamente fácil, diría que apta para todo público. En el camino vimos diversas plantas hermosas, mariposas gigantes y pequeñas, de varios colores, entre otros bichos menos agradables pero impresionantes también (arañas y hormigas, de inusitado tamaño). Después de aproximados 25 minutos (contando los demorados en sacar alguna foto) de caminata y extremo calor, llegamos…
El mar es bastante más fresco que las aguas de playas más al norte de la isla, pero igual con el calor que hacía, nos metimos bastante. Nosotros elegimos una sombrita natural (algunos creo que alquilaban sombrillas) de algunos árboles frutales que no supimos qué eran, y descansamos allí hasta más o menos las 2 de la tarde. Almorzamos los sándwiches que habíamos llevado y compramos una coca a uno de los que vendían bebidas (entre otras cosas) ahí en la playa (se llevaban las heladeritas hasta allá).
Podíamos regresar a Abraão en tres horarios diferentes, ya incluidos en el paseo, pero el primero de todos salía a las 15.30. A Pouso llegamos alrededor de las 14.30, así que teníamos tiempo para pasar allí. No nos metimos en el mar pues ahí paran muchos barcos y el agua queda con residuos, pero seguro que si caminábamos un poco encontrábamos algún lugar más lindo para bañarnos. De todos modos, apenas salimos de la trilha, un muchacho con un bote nos ofreció traslado, unos 150 metros, hasta un restaurante flotante. Aceptamos casi sin pensarlo dos veces, y subimos al botecito (con cangrejito incluido que nos miraba, asomándose por debajo de un tablón), que fue tirado a través de sogas y polea por el muchacho de la orilla. Para recuperarnos de tanto calor, tomamos unas cervezas bien heladas y comimos un pastel riquísimo de carne.
En la posada descansamos un poco, nos duchamos y salimos a pasear nuevamente por Abraão, comimos un pastel en el Lanchonete Aconchego. Muy ricos! Seguimos paseando y más tarde tomamos un helado mirando el mar, que compramos en un local pequeño frente al muelle. Lo venden por peso pero autoservice, es decir, uno elige el vasito, se sirve el helado, le pone por arriba lo que quiera (salsas varias, galletitas, crocantes, cerezas, chips de chocolate, etc.), lo lleva a pesar y paga (R$ 3.30 x 100 gramos). Dimos una vuelta más al pueblo, esta vez por otras callecitas, y nos sentamos un rato en un banco bajo un árbol.
Más tarde ya cenamos, volvimos a Pizzaria da Praia, tomamos unas cervezas, rabas y después unas riquísimas y heladas caipirinhas. También pedimos una piña colada, la más rica que hemos probado hasta ahora. Paseamos un poco por el muelle de noche, y a la vuelta hacia la posada, en un puesto sobre la calle, comimos unas brochettes de pollo con farola (R$ 3 c/u)… que compartimos con un par de perritos luego de que nos observaran largamente comer nuestros pinchos, con unos ojitos que no pudimos resistir… A duras penas pudimos evitar que nos siguieran hasta la posada.
1 comentario:
Pau gracias por pasar por mi blog, me alegra que te haya gustado, tu blog tambien esta muy lindo!!! cuanto escribis!!! la debiste haber pasado genial!!!!
Saludos!!!
Naturalezzaaorchiid.
Publicar un comentario