miércoles, abril 01, 2009

DIA 1: LLEGANDO

Llegamos a Ezeiza con casi tres horas de anticipación a nuestro horario de vuelo, pues no conocíamos el aeropuerto y queríamos recorrerlo un poco. Desayunamos ahí mismo (el desayuno más caro de nuestras vidas), un café y un tostado.

Subimos al pequeño avión de Gol. El vuelo fue muy bueno, arriba nos dieron un sandwich y unas bebidas a cada uno. Disfrutamos mirando por la ventanilla. Hizo conexión en Sao Paulo, y a partir de allí se puso muy movido e inestable el viaje, pues había muchísimas nubes y algo de lluvia. Bastante incómodo para nuestros desacostumbrados estómagos. De todas formas, luego de aproximadas 3 horas, desembarcamos en el aeropuerto de Rio de Janeiro.

Rio nos recibió con esas lloviznas finas pero constantes, mucho calor y una terrible humedad, por supuesto. Un pequeño micro nos llevó al interior del aeropuerto, donde buscamos nuestro equipaje. A la salida estaba esperándonos el conductor del transfer de Angratours que ya habíamos contratado en Buenos Aires. Nuestro primer contacto con el idioma en su forma habitual: no entendíamos nada, tuvimos que preguntarle todo dos veces.

Finalmente, aproximadas tres horas después, y pasando antes por un parador de ruta a comprar unos snacks para el camino, llegamos a la calurosa Angra dos Reis ya sin luz diurna, alrededor de las 18:30. Nos dejó en la posada que habíamos elegido para pasar esa noche, Pousada Tuiuiu. Pagamos el transfer (R$ 320, ida y vuelta para los dos) y nos dirigimos a preguntar por una habitación y sin demasiadas vueltas, tomamos la que se nos ofrecía, por R$ 120 la noche. Pagamos y luego preguntamos dónde podíamos ir a comer, a sabido riesgo de no entender las indicaciones. Caminamos unas siete cuadras por la avenida principal y llegamos a un restaurant lindo en una esquina, Botequim Santa Luzia. Tomamos unos ricos y fríos chopps y comimos un excelente Combinado Santa Luzia (pollo y cebolla a la plancha, con mandioca frita).

De vuelta en la posada, eran cerca de las 9 de la noche, ya muy tarde para tanto trajín de viajes. Nos dimos una fresca ducha, vimos un poco de Shrek con subtítulos en portugués y nos dispusimos a dormir. A pesar de lo cansados que estábamos, no dormimos nada bien aquella primera noche en Brasil, pues en Angra no refresca ni siquiera de noche, y por si eso fuera poco el aire acondicionado del cuarto (sin ventilador) hacía un ruido infernal.

No hay comentarios.: