jueves, septiembre 19, 2013

MAIMARA - Martes 16/8

De compras en Humahuaca

A pesar del sueño, nos levantamos temprano para terminar de acomodar nuestras cosas, desayunar, pagarle a Neli e irnos. Cuando llegamos a la mesa del desayuno se había cortado la luz, pero por suerte volvió enseguida. Nos despedimos de Neli, le agradecimos mucho su calidez y atención, nos prometimos seguir en contacto y salimos a tomar un taxi a Tilcara por última vez.

Llegamos a la terminal apenas pasadas las 11 y justo a tiempo para tomar el micro que estaba llegando. Antes del mediodía estábamos pisando nuestra bonita y querida Humahuaca. Caminamos hasta el hostal La Churita (Buenos Aires 456, http://posadalachurita.webege.com/), donde tuvimos la suerte de conseguir la habitación con cama matrimonial, como el año anterior.

Así nomás, acomodamos nuestras cosas y salimos a dar una vuelta antes del almuerzo, pasando por la municipalidad, la plaza, y la estación. Comimos en el restaurant Pinocho, en la misma cuadra de La Churita. ¡Se come muy rico y por muy buen precio! Yo elegí un lomito Humahuaca (con papas fritas, queso de cabra, huevo frito, arvejas y tomate), mi marido una costeleta de llama con papas fritas. Después de comer, subimos al monumento (de algún modo había que bajar ese banquete bestial) y al bajar por las escalinatas fuimos preguntando algunos precios de cosas. En un puesto de instrumentos musicales, compramos un siku con notas sostenidas, una quena de caña (más apta para mis dedos flacos) y unos libritos para aprender a tocar nuestros nuevos instrumentos.

Volvimos al hostal para descansar un ratito, y más tarde salimos nuevamente a comprar los regalitos o recuerdos de rigor. Pasamos casi toda la tarde afuera, volvimos al hostal a dejar las cosas y ducharnos, previamente pasando por un café a tomar algo calentito. Pronto se hizo la hora de cenar y salimos en busca de un lugar. Comimos en un lindo y aparentemente viejo restaurant, El Portillo. Nos pedimos el menú del día: empanada, guiso de quinoa y panqueque con dulce de leche de postre. Lo acompañamos con una jarrita de vino de la casa. Comimos bien y todo estaba muy rico.


Volvimos a dormir, pero los dos sufrimos un poco de insomnio, ¡tal vez debido a tanta comida! A mí se me dormían un poco las extremidades y tuve que cambiar de cama… Finalmente caí rendida de sueño alrededor de las 5 de la madrugada.

MAIMARA - Lunes 15/8

El Toreo de la Vincha

Nos levantamos cerca de las 6. No me sienta madrugar... Sentí la presión muy baja y apenas pude desayunar con un mate de coca y comí poco y nada para no tener el estómago vacío. A eso de las 7 ya estábamos en la calle, en plena oscuridad y algo de frío, subiendo a un taxi hacia Tilcara. Llegamos a la terminal de ómnibus con la luz del sol, y esperamos un rato por el Panamericano hacia Abra Pampa, a ver el famoso Toreo de la Vincha.

Como es un evento multitudinario en la Quebrada, los micros estaban abarrotados de gente y tuvimos que viajar de pie el trayecto de una hora hasta Humahuaca, donde tuvimos mucha suerte y pudimos sentarnos. Dos horas más tarde bajamos en Abra Pampa y mi marido divisó en microsegundos un micro que iba a Casabindo ($14 c/u). Fue un gol desde mitad de cancha, pues ya casi no había lugar y si esperábamos otros micros, podíamos estar como una hora más ahí. Disfrutamos de un viaje bellísimo, conociendo la Puna por primera vez. En el camino pudimos ver muchas llamas y algunas vicuñas en estado salvaje. El paisaje es muy árido y casi todo llano, pero de una belleza inexplicable e infinita.

Nota: Mucho cuidado con las patinadas quienes van en sus propios vehículos, ya que el camino, si bien es mayormente de ripio, tiene áreas en las que hay mucha arena. Lamentablemente, casi todos los años hay algún accidente por este tema, y suele tratarse de turistas que desconocen las características del camino.

Luego de una hora y media más de viaje, ¡finalmente llegamos al lugar del evento! Casabindo es simplemente un puñado de casas, un cerrito al fondo, una iglesia centenaria y su colonial plaza de arena enfrentándola. Adelante del pueblito ya había muchos micros, camionetas y autos estacionados, y montones de gente, puestos de comida (tamales, humitas, empanadas, asado de cordero, choripan) y otros de artesanías. Como teníamos que ir a buscar un buen lugar para ver el espectáculo, dimos una vuelta muy breve, no sin antes comprar el almuerzo: dos choripanes y media docena de empanadas con una gaseosa. Fuimos hasta la última de las gradas, la que enfrentaba la plaza. Allí compramos nuestras localidades por $15 cada uno y almorzamos sentaditos bajo el sol y un cielo inmensamente azul que parecía estar pegado a nuestras coronillas… 

Mientras tanto, en la iglesia terminaba la misa y sacaban a la Virgen de la Asunción en procesión alrededor de toda la plaza. La precedían los sikuris, las cuarteadoras disputándose sus pedazos de cordero, niños disfrazados de caballos y toros, y unos personajes que danzan pidiendo por la lluvia adornados con plumas de ñandú y cascabeles, a los cuales se conoce con el nombre de Samilantes. Todos ellos eran seguidos por más personas cargando otras imágenes de Jesús, otros santos o advocaciones de la Virgen. Pero ella, la de la Asunción era la más hermosa y vistosa, decorada con flores coloridas, cintas celestes y blancas, banderas argentinas, un precioso vestido blanco y manto celeste, todo bordado en dorado, una corona plateada y una negra cascada de pelo natural súper peinado… Yo no soy religiosa, pero debo decir que era una imagen de una belleza impactante.

Una vez terminada la procesión, llevaron a la Virgen al altar nuevamente, mientras comenzaba el espectáculo. Una pareja bailó unas zambas y un gato, Yayo Burgos tocaba el bandoneón (y para variar, no parecía tener ningún apuro en irse del escenario o soltar el micrófono), una banda local de chicos hicieron su música, y al ratito despejaron la plaza y comenzó el toreo.

Vale aclarar, ante todo, que este es el único espectáculo taurino de la Argentina y en él no se daña de ninguna manera al animal. El objetivo del toreo es simplemente un juego: quitarle al toro de entre las astas, una vincha con monedas de plata, que luego ofrendará a la Virgen el que lo logre. El torero no puede tomarse de las astas del animal ni hacer ninguna otra maniobra que pueda hacerle daño o provocarle dolor. Sí, es un espectáculo en el que hay un animal y se juega con él... No es lo ideal, claro... Pero tampoco es de lo peor que hay y los dueños de los toros ceden sus animales para el evento con entusiasmo.

El primer toro de la jornada se llamaba Picasso, un animal joven y algo asustado, al que logró cansar un torero salteño para que otro torero luego lograra sacarle fácilmente la vincha más tarde. El segundo toro fue Coquena, bastante bravo al principio y aunque no pudieron sacarle la vincha, los organizadores pidieron cambio de toro porque se lo notaba muy cansado y el pobre se había arrinconado solo y ya no quería correr. El tercero – y último que vimos nosotros – fue el bravísimo Chapulín, un torazo colorado que muy pronto se convirtió en el favorito de la gente, ya que fue muy difícil sacarle la vincha y estuvo largo tiempo revoleando toreros por toda la plaza.

Para ese entonces, faltarían unos tres toros más, pero no queríamos llegar muy tarde al hospedaje porque el viaje era largo, así que a eso de las 16 nos fuimos a buscar un micro que saliera hacia Abra Pampa. Viajamos en el mismo micro que de ida, por $14 cada uno. En Abra Pampa también encontramos un Panamericano que nos devolvía a Tilcara, pero tardó una media hora en partir.


A eso de las 20 llegamos a Tilcara, compramos algunas artesanías, unas tortillas, y tomamos un taxi a Maimará. Agotados y llenos de tierra, llegamos al hospedaje. Le contamos un poco a Neli sobre la experiencia, nos fuimos a dar una ducha y cenamos en el restaurant de ahí. Pasadas las 22 llegó la hija de Neli, Mónica, a quien habíamos conocido unos días atrás y que también había ido a Casabindo (aunque no nos vimos allá). Compartimos otro poco de charla con ella también, hasta que terminamos la cena. Esa noche era nuestra última noche en Maimará, así que preparamos nuestro equipaje y nos acostamos tarde…

MAIMARA - Domingo 14/8

Caseros por un día

Desayunamos alrededor de las 9 y nos acercamos hasta la comisaría de Maimará, a la vuelta de la plaza, para declarar nuestra ubicación geográfica en el día de las votaciones. Había poca gente pero de todas formas tuvimos que esperar un rato larguísimo, ya que se había roto la impresora, y todos los oficiales presentes intentaban una y otra vez hacerla funcionar. Finalmente nos hicieron pasar a otra salita, donde sí pudieron imprimir y entregarnos nuestras constancias selladas justificando el voto no emitido. 

Ya cumplida nuestra obligación legal, en el hospedaje esperamos unos minutos por la limpieza de nuestro cuarto y preparamos una mochila. Nos despedimos de Neli, que se iba a San Salvador de Jujuy con toda la familia y partimos hacia Tilcara en taxi, para allí tratar de comprar pasajes para el Toreo de la Vincha en Casabindo, que tenía lugar al día siguiente. Tuvimos mucha suerte y en la terminal compramos dos pasajes en el Panamericano ($27 c/u). Después de caminar un rato por Tilcara, disfrutando del sol inmenso en el cielo, almorzamos unas milanesas de llama en la Peña de Carlitos ($65 todo el almuerzo). Intentamos dar un vistazo a la feria de la plaza, pero hacía tanto calor que muy pronto fuimos a buscar un taxi que nos dejara de nuevo en Maimará.

Volvimos a la Casa del Tata... ¡El hospedaje era nuestro por un día! Neli nos había dejado a cargo ya que éramos los únicos hospedados y nadie más podía quedarse. Nos había dado las llaves de nuestra habitación, la de la puerta de calle… ¡y libre uso de la cocina! Todo un honor y una responsabilidad... 

Dormimos un rato de siesta, y después de una ducha y algo de TV, nos pusimos a cocinar en nuestra nueva y gigante cocina. Cenamos unas milanesas de quesillo con tomate, huevo frito y unas empanadas. Rompimos un plato, ¡pero comimos súper! Más tarde le escribimos una notita a Neli con lo del plato y el detalle de lo que habíamos consumido, y se la pasamos por debajo de la puerta de su oficina. Jugamos un rato a las cartas, limpiamos la cocina y nos fuimos a dormir temprano, ya que al día siguiente teníamos que madrugar. 

viernes, septiembre 13, 2013

MAIMARA - Sábado 13/8

Museo Arqueológico de Tilcara

Nos levantamos tipo 9.30, desayunamos y partimos en búsqueda de un taxi a Tilcara. Justo al llegar a la plaza conseguimos uno. Minutos después, estábamos paseando por allí. 
Como teníamos el ticket del Pucará que también nos servía como pase al Museo Arqueológico de Tilcara, lo aprovechamos. Al principio pensamos que sería un poco aburrido, pero lo cierto es que estuvo muy bueno e interesante. Es un museo súper completo. Vimos toneladas de objetos encontrados en las excavaciones de toda la zona de la Quebrada, y también de otras zonas cercanas… Desde más o menos 10.000 a.C. hasta el período incaico previo a la ocupación española.

Para quienes quieran saber un poco más sobre el museo, aquí dejo unos links:
http://www.tilcarajujuy.com.ar/museos/arqueologico/historia.htm
http://www.viajoporargentina.com/jujuy/purmamarca/el_museo_arqueologico_esp.htm
http://tilcara.filo.uba.ar/?page_id=118

Terminamos el recorrido leyendo sobre el Malón de la Paz, en la última sala, anterior a la biblioteca del Museo. Impresionantemente idéntico a lo que los pueblos originarios siguen viviendo ahora… Muy triste… El corazón se nos encogió al leer los afiches sobre todo lo sucedido, si bien conocíamos la historia, no sabíamos tanto detalle.
Sobre el Malón de la Paz:

En la biblioteca compramos un libro que resume el material cultural de la Quebrada de Humahuaca, sus objetos y pinturas de cada período. Al salir del museo, preguntamos en una librería que quedaba a dos cuadras, por algún otro libro de ese estilo. Tenían las obras completas de Kusch, pero en la edición grande y estaba demasiado para nuestro presupuesto de viaje… Así que, sin hacer más cuentas para no ponernos tristes, nos fuimos a almorzar. Comimos en la Pizzería El Gordo, frente al Mercado de Tilcara, una espectacular pizza, por supuesto. (todo $50)

Salimos a caminar un poco por Tilcara, dimos una vuelta por la plaza, fuimos hasta la iglesia, volvimos a la plaza, donde compramos un dvd de Jujuy y un compilado de sayas bolivianas. Le dimos un paquete de galletitas y un poco de agua a una perrita negra muy simpática, que sabía ganarse el pan dando su patita a quien se lo pidiera.


Pensábamos ir a tomar unos mates bajo el puente hacia el Pucará, por eso compramos en la calle unas tortillas rellenas de jamón y queso, pero hacía algo de frío y soplaba mucho viento, así que finalmente nos sentamos en una plazoleta un ratito a descansar y minutos después partimos de regreso a Maimará en taxi compartido. Pasamos un momento por nuestro hospedaje y luego fuimos a la plaza a tomar los mates pendientes y comer las tortillas. Compartimos nuestra merienda con un perro viejo y flaco de la plaza. Poco antes de que empezara a bajar el sol, volvimos a lo de Neli. Después de un ratito de TV, terminamos nuestro día lavando unas remeras en la pileta del patio y Neli nos dejó colgarlas en una soga, mientras ella hacía su jardinería. 

lunes, agosto 06, 2012

MAIMARA 2011 - Viernes 12/8

Caminata hacia Posta de Hornillos


Desayunamos un poco más tarde, pedimos que nos calentaran agua para el mate y salimos. Fuimos caminando por toda la avenida Belgrano, hasta la salida a la ruta 9, recorriendo una parte de Maimará que no conocíamos. Desde ahí, seguimos por las vías muertas del tren y caminos alternativos que se nos presentaban, hasta llegar a la Posta de Hornillos… Algunas partes del camino no estaban fáciles y había que rodear los tramos sin vías o sin terreno bajo las vías. Incluso en un momento nos metimos en un campo, pero rápidamente nos dimos cuenta de que nos estábamos acercando a la montaña y alejando de la ruta, y volvimos a salir al camino que no habíamos visto. 
 
Habiendo recorrido casi 4km, llegamos al oratorio de la Posta de Hornillos, una construcción muy antigua y sencilla, toda de adobe. Visitamos el museo en la Posta reconstruida y sacamos toneladas de fotos. El museo está muy pero muy bueno, es súper completo, lleno de salas y objetos de todo tipo, una momia, armas, mucha información histórica y todo muy bien cuidado, hasta tenía los pisos originales. La sensación de retroceder en el tiempo es impresionante... Han logrado recrear las habitaciones y la vida diaria de una posta de manera excelente. 

Construida por Gregorio Álvarez Prado en el año 1772,  fue lugar de relevo obligado de la caballada, por disposición del visitador Alonso Carrió de la Vandera, en la ruta que unía el Alto Perú con el Virreinato del Río de la Plata.
Durante las guerras de la independencia, se transformó en fortín y cuartel del Comandante Manuel Alvarez Prado. En 1813, sirvió de descanso al General Belgrano que regresaba de la campaña al Alto Perú y, hasta 1817, se registraron diversos combates.

Fue habilitada como Museo Histórico el 3 de diciembre de 1979 gracias a las obras de restauración realizadas por la Fundación Bunge y Born. Contiene interesantes testimonios del pasado colonial, como el molino de piedra. Consta de 12 salas que exhiben elementos y piezas de una posta que fue también casa de familia y cuartel del Ejército del Norte. 
Fuente: http://www.arqueotur.org/yacimientos/museo-posta-de-hornillos.html  

A la salida tomamos un par de mates, a la sombra de un árbol, nos sacamos unas fotos más, rodeando el manantial de agua cristalina que se encuentra frente al oratorio, y partimos de regreso a Maimará. 

El camino de regreso se hizo eterno! Hacía muchísimo calor, el sol partía cabezas y el hambre nos estaba matando… Así que apenas entramos a Maimará, almorzamos en el primer lugar que vimos abierto: El Molle. Comimos unas espectaculares milanesas con huevo frito y puré, sopa y budín de pan de postre!

Con la panza llena, volvimos al hospedaje, pero tuvimos que esperar un ratito afuera en el patio, porque Neli había salido y nuestras llaves estaban en su oficina cerrada! Nos tiramos un ratito a descansar y después volvimos a salir, con unos mates hacia el río. El día estaba hermoso y disfrutamos un buen rato. Apenas bajó el sol, fuimos a la plaza. La Iglesia estaba abierta y al parecer, iban a hacer misa de niños… un puñado de chiquitos se divertían tocando la campana una y otra vez, muertos de risa. Regresamos a nuestra habitación y nos dimos una refrescante ducha, miramos algo de TV y salimos a cenar. Esta vez, comimos en una sandwichería de la calle principal, dos sándwiches de lomito completos y un sándwich de patynesa también completo, con una coca (todo $46). Volvimos a lo de Neli después de una vuelta, nos pedimos una cerveza y jugamos un rato a las cartas, antes de ir a dormir…

MAIMARA 2011 - Jueves 11/8

Purmamarca y las salinas con sol


Desayunamos temprano, esta vez, con unos ricos bollos al horno de barro… Pronto salimos a la ruta, a esperar algún micro que nos pudiera alcanzar hasta Purmamarca. En eso vemos que da la vuelta un remisero de Maimará que trabajaba en Purmamarca, y nos ofreció llevarnos por $5 cada uno. Apenas pisamos la bella pero modernizada Purma, comenzamos a buscar excursión a las Salinas Grandes. Efectos personales que tuve que comprar por ser poco previsora: anteojos negros ($40) y un gorro ($25)… Por suerte, mientras lamentaba mis gastos extra, también conseguimos el bendito póster gigante de Jujuy que tanto queríamos.

Enseguida encontramos una camionetita que nos llevaría a las Salinas, pero esperamos un ratito a que se acercaran dos personas más que completaran el pasaje ($60 cada uno). El chofer me convidó unas hojas de coca, que pronto empecé a mascar (no sólo para evitar efectos indeseables de la altura que pudiera sufrir – aunque nunca los sufrí – sino también por puro gusto…). Con los dos compañeros de viaje nuevos y con muy poca onda de su parte, salimos a la ruta. 

Tal como se suele hacer en todas las excursiones, nos detuvimos en el camino, para ver toda la Cuesta de Lipán ondular hacia abajo, en la distancia. Sacamos las fotos de rigor allí (pésimamente encuadrados por el compañero que nos puso bien en el medio del camino de fondo, cosa que no se viera la cuesta!), y también más adelante en la segunda parada, a los 4170 m.s.n.m., el punto más alto del camino. Finalmente llegamos a las salinas con hermoso sol, caminamos bastante y disfrutamos del paisaje blanco. También intentamos algunas fotos locas aunque trilladas, y alrededor de las 12.30 ya estábamos volviendo a Purma.

Almorzamos en Purmamarca, en el bar que está a la entrada en una esquina, una pizza con jamón. Lamentablemente, un puñado de gente que no sabe convivir nos arruinó un poco el almuerzo… algunos cordobeses que se gritaban de mesa en mesa (aunque estaban a menos de medio metro unos de otros) y un niñito en la mesa de al lado, que no paraba de soplar su silbato de cerámica casi directamente en nuestras orejas. Con el cerebro taladrado, terminamos de comer y nos fuimos. Teníamos unas ganas inmensas de dormir la siesta, así que sacamos dos fotos y nos subimos al Evelia que salía justito hacia Maimará. Menos mal que pudimos subir a ese, porque por los cortes en San Salvador de Jujuy, no habían salido más micros. Llegamos al hospedaje y dormimos…

Bien descansados, salimos a pasear y fuimos hasta la plaza. Compramos unos helados en el kiosco/heladería frente a la plaza. Después de comerlos, entramos a la iglesia que estaba abierta y todavía no conocíamos. Es muy bonita, pequeña casi como una capilla y muy sencilla. Caminamos un poquito y regresamos al hospedaje a ducharnos. Pronto se hizo la hora de cenar y nos quedamos en el restaurant de Neli. Comimos super rico!!! Unas humitas y tamales, de postre unos flancitos de quinoa! Todo delicioso. Nos quedamos hablando con ella hasta casi la medianoche, sobre las posibilidades de trabajo en Maimará y las diferentes actividades a las que se dedica su gente…

miércoles, junio 27, 2012

MAIMARA 2011 - Miércoles 10/8



La vida en la villa veraniega


Nos levantamos un poco cansados para más excursiones, por lo cual decidimos ese día hacer vida de pueblo. Esta vez desayunamos un poquito más tarde y luego cruzamos la ruta para visitar Cauqueva (Cooperativa Agropecuaria y Artesanal Unión Quebradas y Valles http://www.cauqueva.com.ar/ ), y conocer el Museo de la Vida Campesina, que nos habían dicho que estaba muy lindo. Cauqueva se encuentra justo frente a Maimará.


Allí pudimos ver distintos elementos de la vida en la Quebrada, anécdotas, historia, nos contaron sobre los cultivos principales de la zona y vimos ejemplares de maíz y papa de todos los colores imaginables… Vimos además arados antiguos, telares, tinajas y una cantidad de otros objetos. Antes de irnos, compramos un libro con anécdotas y cocina quebradeña, tomamos nota mental de las obras completas de Rodolfo Kusch y también dejamos una colaboración para el museo.

De ahí fuimos al famoso cementerio de Maimará, recorrimos un poco. Un hombre que trabajaba ahí se nos acercó para pedirnos dinero para un vino o para comprar hojas de coca (que la gente allí masca, se le llama “coquear”). De su discurso habremos entendido 5 palabras, le dimos unos pesos y nos fuimos, ya que al parecer el buen hombre conversaba hasta con las piedras... pero en otro idioma.


Cruzamos el pueblo a lo ancho para ir a visitar la estación de trenes, pero la gente seguía allí, ocupando terrenos en los que apenas cabía una carpa… y sentimos que no era lugar para fotos turísticas… Pronto tuvimos hambre porque ya era la hora del almuerzo, así que fuimos a un restaurante de la avenida principal, llamado La Huella. El menú del día eran marineras! Sergio las comió con fideos tostados y yo con arroz y verduras. Todo venía acompañado con sopa de avena y gelatina de postre ($20 c/u), más las bebidas. Riquísimo!


Con la panza llena volvimos al hospedaje y dormimos una siesta de aquéllas. Más tarde preparamos las mochilas y fuimos a tomar mate al río Grande. Mojamos los pies en el agua helada de deshielo… súper refrescante! 


Era una tarde de sol tremenda, pero con mucho viento que levantaba oleadas de tierra por todas partes. Vimos una pastora con sus ovejas y cabras, cruzando el río…


Cuando nos cansamos de sacarnos la montaña de los ojos, rumbeamos para la plaza, no sin antes comprar en el quiosquito-heladería de enfrente unas mini pastafrolas y unos bombones. Muy ricos! Sergio estuvo practicando con la quena, vimos un rato los gatos de la casa de la esquina, y finalmente enfilamos hacia el hospedaje cuando bajó el sol y se nos acabó el agua del termo. 


Descansamos un rato, miramos un poco de tele, leímos otro poco… hasta que se hizo la hora de cenar. Esta vez, probamos en el comedor de la esquina frente a la Casa del Tata, “Mavy”, donde comimos unos sándwiches de lomito completos con una cerveza bien fría.


Antes de regresar al hospedaje, dimos una vuelta. Volvimos con ganas de pedir un postre… justo la noche anterior, Neli nos había prometido unas peras al vino, y nos las llevó al patio, donde nos habíamos puesto a jugar a la generala. Estaban riquísimas, y se veían geniales con sus rulos de crema chantilly… Qué grande, Neli!



MAIMARA 2011 - Martes 9/8



Arte, historia y botánica


Respetamos el horario de levantada del día anterior y desayunamos tipo 8.30. Después nos preparamos para ir a conocer Sumay Pacha, un pueblito mínimo entre Maimará y Tilcara, a 3km. Fuimos por la ruta, aunque no es lo más recomendable ya que en algunos sectores no existe la banquina y se vuelve un tanto peligroso. Caminamos por San Pedrito, casi llegando a Sumay, pero allí tampoco hay demasiado “camino”.

Sumay Pacha es un pueblo aún en construcción y expansión, casi simplemente un puñado de casas arrojadas al pie de los cerros. Miramos un poco, pero no recorrimos. Una camioneta bajó gente en el pueblo, y como teníamos ganas de seguir hasta Tilcara pero no de seguir caminando, le consultamos al conductor y por $2 c/u nos alcanzó hasta la entrada.

Tomamos unos mates en la plaza, miramos un poco la feria de artesanos y luego visitamos el museo del pintor José Antonio Terry en la esquina. Vimos las espectaculares pinturas, realizadas en distintas partes del mundo y también en Tilcara, y recorrimos el solar que alguna vez fue su casa, las enormes habitaciones, su atelier en la terraza… También pudimos ver obras de otros artistas, contemporáneos y locales. Nos gustó mucho todo, fue un lindo paseo.

Teníamos algo de hambre, fuimos hasta la otra esquina en la misma cuadra frente a la plaza, y entramos a la Peña de Carlitos. Comimos riquísimo! Unos papines con queso de cabra, una humita, un tamal, y unas empanaditas de llama y de humita. Tomamos una fresquísima cerveza. 


Necesitábamos caminar un poco, así que fuimos para el lado del puente sobre el río Huasamayo… nos desviamos del camino y casi salimos a la ruta! Tuvimos que dar una gran vuelta y retomamos hacia el puente. Mal que me pese, es la segunda vez que me pierdo yendo hacia el puente. Hacía mucho calor y habíamos caminado tanto que cuando llegamos ya no podíamos estar más al sol, por lo cual bajamos al río, que en realidad era más un hilo de agua, nos refrescamos un poco la cara y nos tiramos a la sombra a descansar sobre cómodas rocas.

Nos pareció un despropósito estar tan cerca del Pukará (a 300m) y no visitarlo, así que después de recuperar el aliento, nos levantamos y fuimos hacia allá. Pagamos los $10 de entrada y lo recorrimos todo por completo, hasta la bajada a los antiguos corrales y la vuelta por el cerro hasta la entrada. 


Aprovechamos que ya estábamos allí y visitamos también el jardín botánico de altura, mirando todas las plantas de la región y sacando fotos. 


Salimos de allí, completamente muertos de cansancio… y terminamos en el local de instrumentos musicales que está enfrente del Pukará, comprando una hermosísima quena de madera + libro + CD para aprender a tocar.
Finalmente remontamos con mucho esfuerzo el camino hasta Tilcara, para tomar en un cafecito un capuchino con algo para comer y así recuperar algo de fuerzas. No podíamos más!! Regresamos a Maimará en un taxi compartido ($3 c/u).


En la Casa del Tata nos dimos una reparadora ducha, descansamos un poco y se hizo hora de cenar. Como ya no teníamos más ganas de caminar, cenamos ahí unas empanadas de carne, pollo y una humita deliciosa!







domingo, junio 03, 2012

MAIMARA 2011 - Lunes 8/8


Conociendo gente en Maimará


Queríamos aprovechar el primer día, así que nos levantamos tipo 7.30. Amaneció bastante fresco… Nos acercamos a las mesitas con ventana al patio, donde tomamos un riquísimo desayuno con medialunas caseras, tostadas con manteca y dulce de manzana casero. Luego le pedimos a Nélida, la dueña, que nos pusiera agua a calentar para el termo y salimos a visitar la Bodega y viñedos Dupont


La caminata no es para nada difícil, pero hay que cuidarse del sol y el calor, pues por el camino no hay casi sombra. Rápidamente el día se fue poniendo caluroso… Bordeamos el Río Grande hasta el fondo, hacia el norte, lo cruzamos y vimos la entrada a los viñedos. 
 
Pasando las primeras vides llegamos a una casita, donde nos recibió Fernando Dupont, el dueño, porteño como nosotros. Nos comentó un poco sobre los viñedos, el cultivo, la poda, el riego con agua propia de pozo, que hacen subir por el cerro y luego bajan hacia el terruño, y también sobre la limpieza que requieren las raíces ya que el agua es ligeramente salobre y se deposita en ellas. Su mujer Amelia, cálida maimareña, nos llevó a conocer la bodega y nos explicó paso a paso la elaboración artesanal de sus vinos. Son todos trivarietales (Cabernet, Syrah, Malbec) de alta calidad, ya que el terruño es chico. Al terminar el recorrido, entramos en la casita donde podíamos ver los vinos en venta. Compramos tres vinos y emprendimos la vuelta.

En el camino de regreso paramos un ratito al lado del río, nos sentamos sobre un muro, con los pies colgando hacia el agua. Tomamos unos riquísimos mates y luego volvimos al pueblo. Dejamos las cosas en la habitación y fuimos a almorzar al comedor de la pensión Los Parrales. Comimos unas empanadas con cerveza, mientras una gataza de ojos verdes, tricolor y peluda se nos acercaba a pedir mimos, y terminaba en mi falda ronroneando y rebozándose… 

Por primera vez en Maimará, dormimos la siesta. Más tarde salimos a caminar, y fuimos hasta la antigua estación de trenes. Todo el lugar estaba ocupado con asentamientos, por un problema de tierras que afectaba todo Jujuy, y como había mucha gente preferimos no sacar fotos en ese momento.  Recorrimos un poco el pueblo por la parte elevada, la que está al lado de la ruta… Volvimos a bajar y nos sentamos en la plaza, comimos mandarina mientras los chicos que habían salido de la escuela jugaban. Caminamos otro poquito y compramos algo fresco para tomar y unas galletitas. Enseguida se levantó mucho viento y, como estaban haciendo obras en la calle principal, volaba la tierra por doquier. Volvimos al hospedaje y vimos un poco de TV, mientras hojeábamos el menú del restaurant de la Casa del Tata.

Alrededor de las 20.30, nos acercamos al restaurant. Yo comí bife de llama con revuelto de mote, huevo y cebolla. Sergio, una milanesa de llama con papas fritas. Acompañamos con un riquísimo vino Punta Corral de la Bodega Dupont. Cuando terminamos de cenar y mientras terminábamos de vaciar nuestras copas, se acercó la dueña, Neli, y charlamos con ella un muy buen rato. Llegamos a nuestra habitación a la medianoche… cansados de nuestro primer día de recorrida…

miércoles, mayo 30, 2012

MAIMARA 2011 - Domingo 7/8


Viajes y viajes… Buenos Aires – S. S. de Jujuy - Maimará

Nos levantamos alrededor de las 8.30 para terminar de preparar todo y salir finalmente de vacaciones.  A las 11 nos pasaron a buscar por casa mis suegros, y nos dirigimos al Aeroparque. Había un poco de gente haciendo cola para el check-in, así que tuvimos que esperar bastante. Una vez hecho, almorzamos en el patio de comidas los cuatro. Un poco más tarde nos subíamos a un avión ultra nuevo de Austral. Nos dieron un sándwich riquísimo y un alfajor, vimos videos todo el viaje.

A las 16 llegamos a Jujuy. Tardamos un poco en salir del aeropuerto y perdimos la combi que llevaba gente a San Salvador de Jujuy. De todas formas, conseguimos un taxi que nos llevó por el mismo precio de la combi $30 c/u. Después de una hora de viaje, llegamos a la terminal de ómnibus de Jujuy, donde compramos pasaje a Maimará en Evelia ($17). Ya sentíamos las vacaciones… Viajamos escuchando música, mirando los pueblos, las vías muertas y los paisajes ya tan familiares para nosotros.

Maimará nos recibió alrededor de las 19.30. El bus nos dejó en la ruta, al costado del pueblo, desde donde bajamos por una escalerita de piedra que parecía interminable. Ya había bajado el sol pero se notaba que había sido un día caluroso. Caminamos con nuestro equipaje hasta la Casa del Tata, donde teníamos nuestra reserva, un hostal precioso, impecable y con restaurant. Las habitaciones son muy lindas, están muy bien decoradas y con hermosos muebles. Afuera tiene un sueño hecho patio…

Acomodamos un poco nuestras cosas y nos tiramos un ratito a descansar. Antes de salir, nos dieron en el hostal unos folletos interesantes y un mapa completo de Maimará (cosa que nunca antes habíamos conseguido). Súper útil para recorrer!! Salimos a comer… Fuimos hasta la plaza central, y en los puestitos de comida compramos unos riquísimos sándwiches de milanesa con tomate y huevo a la plancha. Cenamos ahí mismo, en la plaza. Más tarde caminamos un poco por la calle que bordea la plaza por detrás, San Martín, y volvimos al hostal para una ducha caliente, un poco de TV y una buena noche de descanso.

martes, octubre 25, 2011