Museo Arqueológico de Tilcara
Nos levantamos tipo 9.30,
desayunamos y partimos en búsqueda de un taxi a Tilcara. Justo al llegar a la
plaza conseguimos uno. Minutos después, estábamos paseando por allí.
Como
teníamos el ticket del Pucará que también nos servía como pase al Museo
Arqueológico de Tilcara, lo aprovechamos. Al principio pensamos que sería un
poco aburrido, pero lo cierto es que estuvo muy bueno e interesante. Es un museo súper completo. Vimos toneladas de objetos
encontrados en las excavaciones de toda la zona de la Quebrada, y también de
otras zonas cercanas… Desde más o menos 10.000 a .C. hasta el período incaico previo a la ocupación española.
Para quienes quieran saber un poco más sobre el museo, aquí dejo unos links:
http://www.tilcarajujuy.com.ar/museos/arqueologico/historia.htm
http://www.viajoporargentina.com/jujuy/purmamarca/el_museo_arqueologico_esp.htm
http://tilcara.filo.uba.ar/?page_id=118
Terminamos el recorrido leyendo sobre el Malón
de la Paz, en la última sala, anterior a la biblioteca del Museo.
Impresionantemente idéntico a lo que los pueblos originarios siguen viviendo
ahora… Muy triste… El corazón se nos encogió al leer los afiches sobre todo lo sucedido, si bien conocíamos la historia, no sabíamos tanto detalle.
Sobre el Malón de la Paz:
En la biblioteca compramos un libro que resume
el material cultural de la Quebrada de Humahuaca, sus objetos y pinturas de
cada período. Al salir del museo, preguntamos en una librería que quedaba a dos
cuadras, por algún otro libro de ese estilo. Tenían las obras completas de
Kusch, pero en la edición grande y estaba demasiado para nuestro presupuesto de
viaje… Así que, sin hacer más cuentas para no ponernos tristes, nos fuimos a almorzar. Comimos en la
Pizzería El Gordo, frente al Mercado de Tilcara, una espectacular pizza, por
supuesto. (todo $50)
Salimos a caminar un poco por Tilcara, dimos
una vuelta por la plaza, fuimos hasta la iglesia, volvimos a la plaza, donde
compramos un dvd de Jujuy y un compilado de sayas bolivianas. Le dimos un
paquete de galletitas y un poco de agua a una perrita negra muy simpática, que sabía ganarse
el pan dando su patita a quien se lo pidiera.
Pensábamos ir a tomar unos mates bajo el
puente hacia el Pucará, por eso compramos en la calle unas tortillas rellenas de jamón y queso, pero hacía algo de
frío y soplaba mucho viento, así que finalmente nos sentamos en una plazoleta un ratito a
descansar y minutos después partimos de regreso a Maimará en taxi compartido. Pasamos un
momento por nuestro hospedaje y luego fuimos a la plaza a tomar los mates
pendientes y comer las tortillas. Compartimos nuestra merienda con un perro
viejo y flaco de la plaza. Poco antes de que empezara a bajar el sol, volvimos
a lo de Neli. Después de un ratito de TV, terminamos nuestro día lavando unas remeras en la pileta del
patio y Neli nos dejó colgarlas en una soga, mientras ella hacía su jardinería.
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