jueves, febrero 01, 2007

18 DE ENERO - DIA 13

TILCARA

Nos levantamos en Humahuaca, a pleno sol otra vez, temprano para tomarnos el micro que nos llevaría a Tilcara, nuestro último lugar… La sensación de no querer irme era terrible. No teníamos asiento en el micro, así que viajamos parados, con mochilas y todas nuestras compras humahuaqueñas.
En Tilcara vuela mucha tierra. De la terminal, caminamos un par de cuadras a la derecha y encontramos un camping que parecía grande y copado, mientras tanto, las otras dos chicas buscaban un hospedaje. Nos dijeron que había mucha seguridad, que ahí no entraba nadie que no estuviera registrado, y demás cosas que nos gustaron… Pagamos para entrar (2 noches por adelantado), las chicas volvieron a decirnos que habían encontrado lugar a dos cuadras de ahí, sobre la misma calle y quedamos en encontrarnos un rato después en la plaza, luego de que armáramos la carpa nosotras tres.
El camping se iba llenando de gente, sonaba música a todo volumen… Armamos la carpa y dejamos nuestras cosas, para ir a la plaza a dar una vuelta y ver la feria allí (mucha más cerámica que en las otras). En el centro de la plaza (y por todos lados) había mucha gente, casi todos rondando nuestras edades o menos, casi todos de otras provincias… Es que aquí en Tilcara lo que nos esperaba era el Enero Tilcareño, fiesta que todavía no sabemos de qué se trata ni a qué se debe, pero pareciera ser una excelente excusa para beber hasta no dar más. Fue una deducción hecha a partir de los cartones de vino que vimos durante todo el día… y de los carteles con dibujos que pedían a la gente que festejaba que no orinaran en las calles (!). Me pareció demasiado… tuve miedo de que no me gustara Tilcara por tanta locura y tanta gente.
Almorzamos en la plaza unos lomitos completos por $1,50. En una esquina nos dieron un volante para ir a ver un corto que iban a pasar en un museo frente a la plaza. La descripción era interesante, mostraba la vida de una coplera que tenía algunos problemas familiares. Tres de nosotras fuimos a verlo. Cabeceamos unas cuantas veces las tres durante los 30 minutos que duró (sí, sí… largo para un corto, no es cierto?), aunque ninguna quiso decir nada por las dudas que a las otras les estuviera gustando! Así que nos quedamos hasta el fin.
Salimos de ahí y el tiempo se había puesto feo, mucho frío y mucho viento, algo de lluvia… Dimos unas vueltas más por la plaza hasta que no aguantamos más y corrimos hasta nuestro camping, las chicas a su hostel, para abrigarnos y descansar un poco del viento en la cara.
A la nochecita, después de hacer canaletas alrededor de la carpa (por las dudas) y conocer a nuestro vecino de carpa, partimos a cenar en la plaza. Compramos una pizza en un puestito callejero, que nos duró poco porque la Sprite se volcó toda encima de las últimas porciones… hubo que completar con salchipapas. Cuando se nos unió nuestro amigo nuevo, fui con él a comprar un helado, ya que la noche se había puesto más agradable. Hicimos tiempo ahí en la plaza y luego fuimos dos, más este chico, a tomar un té en un restaurant.
Hasta ese momento, Tilcara muy lindo… Llegamos al camping y el quilombo que nos habían dicho que se cortaba a eso de las 2 de la mañana, terminó a las 8… AAAAh pero era porque la MUSICA se terminaba a las 2 de la mañana, si se gritaban toda la noche de carpa en carpa, no había nada que hacer… Una falta de respeto hacia quienes queríamos descansar al menos unas 5 horas. Si dormí dos horas, creo que exagero! Patético.
Mi mente en algún momento dijo basta, y hasta pensé en volverme a Salta por el día que nos quedaba y pasar la siguiente noche ahí, en algún hostel, con tal de no vivir en semejante loquero. La otra opción era, al día siguiente, pagar un hotel ahí mismo en Tilcara, sin pensar en el precio… una noche para olvidar… y encima creo que era la única que no podía dormir!!

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