domingo, junio 03, 2012

MAIMARA 2011 - Lunes 8/8


Conociendo gente en Maimará


Queríamos aprovechar el primer día, así que nos levantamos tipo 7.30. Amaneció bastante fresco… Nos acercamos a las mesitas con ventana al patio, donde tomamos un riquísimo desayuno con medialunas caseras, tostadas con manteca y dulce de manzana casero. Luego le pedimos a Nélida, la dueña, que nos pusiera agua a calentar para el termo y salimos a visitar la Bodega y viñedos Dupont


La caminata no es para nada difícil, pero hay que cuidarse del sol y el calor, pues por el camino no hay casi sombra. Rápidamente el día se fue poniendo caluroso… Bordeamos el Río Grande hasta el fondo, hacia el norte, lo cruzamos y vimos la entrada a los viñedos. 
 
Pasando las primeras vides llegamos a una casita, donde nos recibió Fernando Dupont, el dueño, porteño como nosotros. Nos comentó un poco sobre los viñedos, el cultivo, la poda, el riego con agua propia de pozo, que hacen subir por el cerro y luego bajan hacia el terruño, y también sobre la limpieza que requieren las raíces ya que el agua es ligeramente salobre y se deposita en ellas. Su mujer Amelia, cálida maimareña, nos llevó a conocer la bodega y nos explicó paso a paso la elaboración artesanal de sus vinos. Son todos trivarietales (Cabernet, Syrah, Malbec) de alta calidad, ya que el terruño es chico. Al terminar el recorrido, entramos en la casita donde podíamos ver los vinos en venta. Compramos tres vinos y emprendimos la vuelta.

En el camino de regreso paramos un ratito al lado del río, nos sentamos sobre un muro, con los pies colgando hacia el agua. Tomamos unos riquísimos mates y luego volvimos al pueblo. Dejamos las cosas en la habitación y fuimos a almorzar al comedor de la pensión Los Parrales. Comimos unas empanadas con cerveza, mientras una gataza de ojos verdes, tricolor y peluda se nos acercaba a pedir mimos, y terminaba en mi falda ronroneando y rebozándose… 

Por primera vez en Maimará, dormimos la siesta. Más tarde salimos a caminar, y fuimos hasta la antigua estación de trenes. Todo el lugar estaba ocupado con asentamientos, por un problema de tierras que afectaba todo Jujuy, y como había mucha gente preferimos no sacar fotos en ese momento.  Recorrimos un poco el pueblo por la parte elevada, la que está al lado de la ruta… Volvimos a bajar y nos sentamos en la plaza, comimos mandarina mientras los chicos que habían salido de la escuela jugaban. Caminamos otro poquito y compramos algo fresco para tomar y unas galletitas. Enseguida se levantó mucho viento y, como estaban haciendo obras en la calle principal, volaba la tierra por doquier. Volvimos al hospedaje y vimos un poco de TV, mientras hojeábamos el menú del restaurant de la Casa del Tata.

Alrededor de las 20.30, nos acercamos al restaurant. Yo comí bife de llama con revuelto de mote, huevo y cebolla. Sergio, una milanesa de llama con papas fritas. Acompañamos con un riquísimo vino Punta Corral de la Bodega Dupont. Cuando terminamos de cenar y mientras terminábamos de vaciar nuestras copas, se acercó la dueña, Neli, y charlamos con ella un muy buen rato. Llegamos a nuestra habitación a la medianoche… cansados de nuestro primer día de recorrida…

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